Aquella playa de espóras de Verteron se había quedado atrás, e incluso el pequeño paso estrecho que daba su entrada.
Ahora estaba en una explanada fértil, de campos de cultivo, llena de animales y plantas, estaba en la Granja de Belbua; cerca del Norte del bosque de Tolbas.
Pero, ¿quién era Belbua?
Debía ser un granjero o quizás el terrateniente de aquellas tierras. Según Gano, un viajero de la zona no se le había visto últimamente, y para colmo de males, los Lepharistas habían tomado las tierras y su casa.

Pasando por uno de los campos de cultivo, ¡un espantapájaros me habló! Se llamaba Nola, un espantapájaros en uno de los campos de cultivo de Belbua.
Tenía problemas, era la temporada de recoger las calabazas, ya estaban maduras y no había nadie que las recogiera.
Al terminar, me dijo que había un tesoro escondido en algún lugar de la granja, y que era importante que lo encontrase antes que los Lepharistas.
Corrí por toda la granja, bueno yo y la manada de Lepharistas que me seguían. Conseguí despistarlos escondiendome detrás de una pequeña cabaña al lado del río Elun. Me senté sobre un barril que había allí, para descansar un poco, y cuando me dí cuenta, era lo que buscaba, el tesoro de Belbua. Un barril lleno de vino de calabaza.
¡Vino de Calabaza! Espero que tenga buen sabor, porque por el nombre suena a algo realmente... mejor no terminar la frase...

Nola la espantapájaros me comentó que los Lepharistas secuestraron a su amo Belbua, y me pidió que los sacara de la granja. Para ello debía eliminar a un cierto número de peones.
Contaba con la ayuda de Helico, como siempre, pero aún así no fue fácil. Los Lepharistas eran un grupo de delincuentes muy bien amaestrados, y con conocimiento de la magia, y habilidades de envenenamiento.
Los Lepharistas tenían un líder en la granja, se llamaba Cavil. Él había tomado la casa de Belbua, y se había instalado allí a vivir.
Nola me pidió que lo eliminara, por que por culpa de ese maldito, no se había llegado a tiempo a la entrega de calabazas. -¡Y lo dice ahora! Después de la paliza de recoger calabazas!-
Como ya era de noche, no hacía falta esperar. Bajé una pequeña colina, y encontré la casa de Belbua. Me planté delante de la casa, y muy decidida tiré la puerta abajo con mi invocación de fuego. Parecía que el líder Lepharista me estaba esperando, porque ya tenía su espada desenvainada. Entonces fue cuando le dije: - A ti te falta un toque femenino -
De su cadáver recogí una pequeña bolsa de dinero, y poco más. Pero al alzar la vista pude ver un documento sospechoso clavado en una puerta con una daga.
Arranqué la daga con el documento, y sin demora fui a ver a Nola.
La espantapájaros me agradeció muchísimo el haber liberado la granja de aquellos apestosos Lepharistas, y me regaló un cuenco con sopa de calabaza...
Y sobre el documento, sabía a donde dirigirme. Volví a la ciudadela de Verteron, y se lo entregué a Spatalos.
Spatalos
¡Que dice esto? ¡Oh no! Subestimamos a los Lepharistas... sus intenciones y todo... ¿Por qué el plan para debilitar el campo de Aether? ¡¿Están aliados con los Balaur?! Tengo que enviar esta carta a Sanctum. Gracias por comunicarmelo Izaris. Estamos en deuda contigo.
Izaris
Al salir de la casa del comandante, fui a la tienda mas cercana y vendí la asquerosa sopa de calabaza y la daga de la puerta. Nunca están de más unas Kinah.
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