Parecía otro mundo, no tenía nada que ver con lo que había visto antes en Elysea. Vamos, lo ideal para curarse de una bronquitis...
Al lado del pantano había una tienda de campaña, y allí estaba Roseino, él tenía misiones para mi.
Roseino me encomendó eliminar a todas las aberraciones del pantano, pues la contaminación había transformado a seres inofensivos en seres muy peligrosos.
Eliminé a lo que posiblemente serían preciosos conejitos, y a babosas que en tiempos mejores eran patitos, merodeaban por toda la zona.
Después de un duro trabajo, avisé a Roseino conforme ya estaba todo en orden, cuando me dijo que culpable de todo lo sucedido, fué el primer ser en contaminarse y mutar, la Burbuja envenenada (Poisonous bubblegut). Por culpa de ese ser, los demás se habían transformado, y con grandes consecuencias.
Eliminarlo es casi imposible, a no ser que cuentes con unas pociones que te hacen inmune a sus ataques. Helico con un ataque cuerpo a cuerpo, y yo dándole ordenes a mi invocación, conseguimos eliminarlo, sin usar ninguna poción. Claro está no teníamos ni idea de que servían para eso.
Justo al morir apareció un espíritu, su nombre era Kato. Se convirtió en Burbuja envenenada (Poisonous bubblegut) como efecto de su adicción a la sangre de Meslamtaeda.
Al matar al monstruo liberamos al espiritu, para que Kato pudiese reunirse con el flujo del Aether de una vez, y así poder descansar en paz.
Seguía sin saber quien era Meslamtaeda, pero no era mi problema.
Ahora el Patano contaminado quedaba atrás, debía seguir mi camino hacia el "Relevo de los peregrinos".
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